Desde finales de noviembre, el espíritu navideño empieza a invadir Nueva York a un ritmo apabullante. La ciudad saca sus mejores galas para la ocasión: escaparates decorados con preciosos adornos, árboles con infinitas luces por doquier, pistas de hielo en cada parque y mercadillos con comidas navideñas típicas de todos los rincones del mundo. Durante esta temporada, Manhattan recibe la visita de miles de personas que buscan vivir la magia de la Navidad en primera persona (además de hacer sus compras navideñas).
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