Si hay algo que caracteriza a la isla principal de las Baleares es el sinfín de actividades para hacer. Pequeña pero grande a la vez, Mallorca puede visitarse en cualquier estación del año.
Acariciada por el suave oleaje del Mediterráneo, su geografía le da un toque particular gracias a las serranías y los acantilados. Pasear por la isla es ir descubriendo miradores, pequeñas urbes que parecen detenidas en el tiempo y todo el patrimonio histórico que Palma de Mallorca ofrece al visitante.