Las mejores playas de Cataluña para experimentar la pura 'joie de vivre'

La herencia de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, un acontecimiento que marcó un punto de inflexión en la historia de nuestro país, es muy basta. Parte de esta herencia es una de las mejores playas en Cataluña, la Playa de la Mar Bella. Os la recomiendo porque se respira libertad. Es una playa eminentemente urbana, situada en el distrito de Sant Martí de Barcelona, y es la preferida del público joven y cosmopolita, ya que dispone de un espacio dedicado al naturismo, de los amantes del deporte –runners, ¡a por el paseo marítimo!- y de los estudiantes, por la cercanía de sedes universitarias. Dispone de un abanico de servicios completísimo, lo que la hace ideal para las familias, incluidos wifi, biblioplaya y zona deportiva.

Las luchas populares a veces dan resultado. La playa de Castell de Palamós fue preservada de la especulación urbanística gracias a la lucha vecinal. Es una de las pocas de la Costa Brava que se mantiene virgen. Alejada del núcleo urbano, esta playa, que combina con sabiduría el ocre de la arena y el verde de los pinos, dispone de buenos servicios, incluyendo pasarelas para visitantes con movilidad reducida y una escuela de kayak. Al norte, la arena se interrumpe al pie del promontorio de sa Cobertera, que aloja uno de los yacimientos íberos (s.VI-II aC) más relevantes del país.

La sensación de encontrarse en el fin del mundo se puede experimentar en pocos lugares. Uno es la Playa del Fangar, en el Delta del Ebro, una de las mejores playas en Cataluña a pesar de no contar con ningún servicio, una aparente paradoja.

Su encanto radica en su aspecto semidesértico y virgen y en la sensación de soledad que se respira. Se trata de un espectáculo natural de primer orden. En los días de insolación extrema, el efecto del calor sobre las láminas de agua puede provocar espejismos, una experiencia fascinante. Lo único que rompe la horizontalidad del paisaje es el faro del Fangar, pintado de blanco y rojo, y la figura de los mariscadores.

El encanto de la Playa de Altafulla, una playa urbana de poco más de un quilómetro y, sin duda, de las mejores playas de Tarragona, radica en la excelencia de la calidad de sus aguas y en el paisaje pintoresco que dibujan los pequeños edificios en hilera ante la arena de la playa.

Durante el siglo XVIII eran casetas donde los pescadores guardaban los aparejos y los comerciantes almacenaban productos destinados a las colonias; actualmente son segundas residencias. Los servicios que ofrece son correctos, con acceso adaptado y un club marítimo. Si visitáis la Ciudad Condal, dad un salto; es una de mis playas cerca de Barcelona preferidas.

Para llegar a la playa del Portitxol os aconsejo dejar el vehículo en el núcleo de la Escala y acceder a ella desde el precioso Paseo de las Dunas, un camino peatonal que transcurre entre pinos y dunas. En mitad del camino se encuentra esta maravillosa playa, poco profunda y de ambiente familiar, que la convierte en una de las mejores playas en Cataluña.

Se caracteriza por la presencia de un impresionante arco natural de roca y, sobre todo, por el mítico Hostal Empúries. No os perdáis, de ninguna de las maneras, el cercano yacimiento grecorromano de Empúries, sede del Museo Arqueológico de Cataluña.