Descubre los 15 Parques Nacionales de España y los mejores hoteles para visitarlos

El Parque Nacional de los Picos de Europa fue el primero en ser declarado como tal y es el segundo en extensión. Se ubica en la cordillera Cantábrica que atraviesa las provincias de Cantabria, León y Asturias y constituye la mayor formación de roca caliza de la Europa Atlántica. El paisaje que ofrece es totalmente alucinante, puesto que alcanza cotas que superan los 2.000 m de altitud entre los tres macizos montañosos que lo conforman. El pico más emblemático del parque es el Urriellu (Naranjo de Bulnes) con 2.519 m de elevación y que representa un sitio de especial relevancia para los amantes de la escalada. La flora y la fauna son de una diversidad apabullante ya que se mezclan tanto especies mediterráneas como las pertenecientes al norte de Europa.

El nombre del parque se debe a los dos lugares más emblemáticos que lo conforman: el hermoso Valle de Ordesa y el imponente macizo de Monte Perdido que, con sus 3.355 metros de altitud, es considerado como el mayor macizo montañoso calcáreo de Europa Occidental. La accidentada y contrastante orografía que compone a este espacio protegido, le ha valido el nombramiento de Patrimonio Mundial por la UNESCO cuyo inevitable aislamiento, ha sido uno de los factores de mayor importancia para mantener la prístina belleza que lo caracteriza. El contraste del paisaje no deja indiferente a nadie: altos y áridos picos conviven con frondosos valles teñidos de un verde penetrante por donde fluye el agua en forma de ríos y cascadas.

Los guanches solían contar la leyenda de “Echeyde”, en la que Magec (el dios Sol) fue secuestrado por Guayota, el Maligno, y encerrado en lo más profundo del volcán para cubrir la isla en completa oscuridad. Los habitantes del lugar invocaron al dios Achamán para suplicar ayuda y éste, logró derrotar a Guayota y liberar al sol. Guayota fue encerrado dentro de Echeyde y Achamán selló su boca para siempre. Leyendas aparte, el Teide es el pico más alto de España con 3.718 m de altitud y está reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO debido a su altísimo valor paisajístico y natural.

En pleno centro de la isla de La Palma se encuentra un paisaje escarpado de pronunciado desnivel, en el que formaciones geológicas de origen volcánico forman un circo de personalidad arrasadora. La forma de olla que fue moldeada con el paso del tiempo y los caprichos de la naturaleza otorgan el nombre de Caldera y el río Taburiente completa el título con el que se conoce a este Parque Nacional. Especies vegetales endémicas, tales como el pino canario, cubren con su verde manto el paisaje repleto de cascadas y riachuelos en los que habita la peculiar fauna autóctona.

El Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici es el único de Catalunya y un excelente representante de la salvaje belleza del Pirineo. Situado en la provincia de Lleida, este parque natural ofrece una diversidad paisajística y biológica de altísimo nivel: picos que superan los 3.000 m de altitud; ríos de gran afluente; lagos y estanques de origen glaciar; enormes y hermosos valles y prados teñidos por flores de vivísimos colores.

Cuando el mar se encuentra con el cielo, surge Doñana. Este espacio protegido, considerado entre los más importantes de Europa por su riqueza natural, es uno de los parques con mayor personalidad de la lista. Más de 300 especies de aves surcan los cielos de Doñana y más de 130 han elegido este punto como su lugar de reproducción. Entre marismas, bosques, playas, dunas en movimiento, acantilados, caños y lagunas, convive la biodiversidad más apabullante que se pueda imaginar.

La caprichosa naturaleza decidió que los ríos Guadiana y Cigüela fluyeran a través de un terreno de escasa pendiente para dar lugar al ecosistema de las tablas fluviales que forman el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel. Se ubica en Castilla La-Mancha y representa uno de los ecosistemas acuáticos de mayor importancia de la Península Ibérica. Los aficionados al avistamiento de aves encontrarán aquí especies tan singulares como somormujos, garzas, patos colorados o ruiseñores, pero la fauna es extensa e incluye también zorros, lagartos, nutrias, erizos, culebras y muchos animales más.

Elevaciones en las que se funden colores negros, rojizos, naranjas, pardos y ocres. Montañas recién nacidas con formas caprichosas surgidas de recientes erupciones volcánicas. El parque Nacional de Timanfaya es, por su extraordinaria belleza e interés ecológico, un espacio que merece el respeto y la admiración de cualquier visitante. Los procesos de colonización vegetal que se llevan a cabo en el parque son objeto de estudio, ya que permiten a los científicos entender la evolución de especies como los líquenes.

Garajonay incluye un billete al pasado europeo. Concretamente, a los bosques de laurisilva que poblaban el continente durante el período Terciario, hace muchos, pero muchos años. Este particular ecosistema de hojas perennes ha encontrado en La Gomera el refugio perfecto para conservar ese encanto de verde intenso envuelto en profundas nieblas. Pero la diversidad del parque abarca también formaciones geológicas de enorme belleza como el Roque Ojila, el Roque de Agando y el Roque de la Zarcita y, es tal la belleza del lugar, que más de 150 especies endémicas han elegido Garajonay para vivir.

Mar y tierra protegidos para permitir que uno de los ecosistemas mejor conservados del Mediterráneo continúe su ciclo natural. Esto es el Parque Nacional Marítimo-Terrestre del Archipiélago de Cabrera. Lo conforman más de 8.000 ha de superficie marina y 19 islas e islotes, entre las que destacan Cabrera (la más grande) y Conejera. Además de los enormes prados de posidonia océanica que cubren el manto marino, se cuentan más de 160 especies de plantas acuáticas. La fauna del parque combina tanto animales marinos como tortugas, delfines, pulpos y varios tipos de peces, así como aves migratorias, marinas y rapaces, además de reptiles de endemismo isleño y mamíferos como murciélagos y rinolfos.

De campo de tiro a Parque Nacional. Esta es la favorable evolución de Cabañeros, donde se encuentra uno de los mejores representantes del bosque mediterráneo de la península. También lo conforman microclimas como bosques atlánticos, de galería, trampales y bohonales, cada uno con su flora y fauna correspondiente. Debido a esta variedad, los Montes de Toledo son habitados por aves como la cigüeña negra, el águila imperial ibérica y el buitre negro, así como por grandes mamíferos como el jabalí, el ciervo y el corzo. El curioso nombre del parque se debe a las cabañas tradicionales construidas por los pastores y carboneros, para las que utilizaban la vegetación propia del lugar.

Entre las provincias de Granada y Almería la tierra se eleva como en ningún otro lugar de la península ibérica. Picos de más de 3.000 m de altitud -entre los que se incluye el imponente Mulhacén (3.478 msnm)- moldean el Parque Nacional de Sierra Nevada. No solo la gran altura que alcanzan los picos es motivo para declarar Sierra Nevada como espacio protegido. La variedad de especies vegetales supera las 2.100 variedades, muchas de las cuales son endémicas y adaptadas a tan hostil terreno, tales como la violeta de Sierra Nevada y la estrella de las nieves. La fauna no es menos impresionante y atrevida al habitar semejante lugar. No resulta extraño el revoloteo de las mariposas o el vuelo del águila real, así como el cuidadoso andar de la cabra montés.

En el fin del mundo, ahí donde la tierra parece terminar, emergen de las profundidades del mar un grupo de islas que con firmeza recuerdan la belleza y riqueza de los parajes naturales gallegos. El Parque Nacional de las Islas Atlánticas fue el primero del siglo XXI en ser incluido en este selecto grupo. Desde la ría de Vigo hasta la de Arousa, se encuentran la Isla de Sálvora, la isla de Cortegada, el archipiélago de Ons y el de Cíes, hogar de la playa de Rodas, considerada como la mejor del mundo. Sin embargo, la mayoría del espacio protegido pertenece al mar, donde la diversidad y riqueza medioambiental incluye más de 200 tipos de algas que sirven como refugio para moluscos, peces y anémonas.

En la provincia de Cáceres, moldeado por delicadas montañas y dehesas atravesadas por el río Tajo y el Tiétar, se encuentra el imponente Parque Nacional de Monfragüe. Tuvieron que pasar décadas para que esta rica tierra fuera considerada Parque Natural y de esta forma, protegerla de las plantaciones de eucaliptos que amenazaban la conservación del bosque autóctono. El principal reclamo para visitar Monfragüe es la enorme variedad de aves que se pueden avistar: águila imperial, buitres, cigüeñas negras, elanios, halcones… Pero también es hogar de mamíferos como los tejones, las ginetas o los zorros, además de animales tan conocidos por todos como el cerdo ibérico.

Enclavadas entre la comunidad de Madrid y la provincia de Segovia se yerguen montañas de enorme altura para dar forma al Parque Nacional de Guadarrama. Este espectacular reducto de naturaleza se compone por: imponentes formaciones rocosas; cumbres que superan los 2.000 m de altitud; cordales montañosos de enorme extensión; puertos famosos por la práctica de deportes de invierno; bosques de pinos, enebros y sabinos; lagunas humedales de alta montaña; y pueblos repletos de historia en los que se sitúan edificios de enorme valor cultural e histórico como el Monasterio del Escorial y el Castillo de Manzanares el Real.