Islas Canarias

El hotel con spa en Tenerife en el que nos quedaríamos a vivir

Acompañamos a Clara y su pareja en su escapada a un hotel con spa en Tenerife más que romántico.

Habíamos establecido varios requisitos indispensables para disfrutar de nuestra escapada: alojarnos en un hotel con spa en Tenerife para relajar cuerpo y mente, conocer la gastronomía canaria y disfrutar de unas vacaciones de lujo sostenibles.

Buscábamos regalarnos un capricho que consiguiera sacarnos de la rutina, hacer desaparecer el estrés y renovar nuestras energías y dimos en el clavo: decidimos pasar unos días en el Iberostar Heritage Grand Mencey, el hotel de 5 estrellas que fue capaz de superar nuestras exigentes expectativas.

El punto de partida ideal

Además de la absoluta relajación que proporciona este hotel con spa y los placeres de su gastronomía, encontramos un sinfín de opciones cuando quisimos poner el cuerpo en movimiento. El Iberostar Heritage Grand Mencey se ubica frente al Parque García Sanabria y a pocos minutos a pie de Plaza de España, opciones ideales para dar un agradable paseo tras el desayuno o al atardecer.

La inmensa Playa de las Teresitas, con arena blanca, tumbonas y bares de playa, está a tan solo 10 minutos en coche y, también a unos pocos kilómetros, visitamos el Parque Rural de Anaga, paseando por el famoso Sendero de los Sentidos, una experiencia más que recomendable para continuar desconectado del mundo urbano.

Lo mejor de este hotel es que no hacen falta grandes desplazamientos para vislumbrar los mejores paisajes de Tenerife. En ningún momento encontraremos el bullicio de otras zonas de la isla -como ocurre en la parte sur- y al volver, podemos seguir disfrutando del buen clima, la gastronomía e incluso de los espacios naturales en los diferentes rincones con encanto del propio hotel.

Spa de 5 estrellas

De todos los hoteles con spa de los que hemos tenido la suerte de disfrutar en nuestros viajes por lo largo y ancho del mundo, el SPA Sensations del Iberostar Heritage Grand Mencey es el que se lleva la medalla de oro en nuestra lista de favoritos.

Y no es solo por su tamaño (¡más de 4.500 m²!), ni por su completísimo circuito (no le falta posible detalle), sino, sobre todo, por el diseño de su estructura, el cual favorece la intimidad y a la vez permite disfrutar de luz natural y vistas a la piscina rodeada de palmeras mientras nos relajamos en el hidromasaje.

 

Pediluvio, sauna, terma seca, flotarium, pozo de agua, piscina de hidroterapia, jacuzzi, 4 duchas de sensaciones diferentes, dos piscinas exteriores climatizadas… ¿qué más se puede pedir? Es imposible pensar en ningún detalle para hacer más perfecta la experiencia. Desde hielo picado para refrescarnos o evaporarlo en el baño turco, hasta la presión de agua perfecta para volver a sentir músculos que habíamos olvidado que teníamos en uno de los más de 20 jets del hidromasaje. ¡La experiencia en el spa del Mencey es el mejor regalo que pudimos darle a nuestros cuerpos!

Es necesario reservar franja horaria, por lo que apenas encontramos un reducido número de personas disfrutando a la vez de las instalaciones. Y, aunque el circuito es ya de por sí más que suficiente para mimar al cuerpo, ofrecen una apetecible gama de masajes del mundo, tratamientos faciales y corporales y rituales de belleza.

Las cascadas de la piscina principal tienen el mismo efecto que una sesión de fisioterapia y tras unos minutos habíamos dejado atrás todo atisbo de estrés. Ya cuando cuerpo nos pidió una pausa del circuito, descansamos en la tranquilidad de la sala relax, con confortables hamacas, bebidas frías, tés y frutas frescas. Dos horas y media pasaron volando y al día siguiente… ¡no pudimos resistirnos a repetir!