Es quizás la Comunidad más desconocida de las cuatro que estamos recorriendo en esta ruta por la España Verde: tras despedirnos de Galicia sorprendidos por su naturaleza monumental y encontrarnos en Asturias con las raíces de nuestra historia, cruzamos la frontera para escarbar en los rincones de Cantabria.
Naturaleza extrema
Cantabria es uno de los símbolos más reconocibles del norte de España gracias a la variedad y riqueza de paisajes. Su marcado carácter marítimo contrasta con el verde de sus valles y sus imponentes montañas y le da ese toque cantábrico tan característico. ¿Te apuntas a descubrirla?
¿Qué ver?
- El Desfiladero de La Hermida es una espectacular garganta excavada por el río Deva en el macizo occidental de los Picos de Europa que permite la comunicación de la comarca de Liébana con la costa. Es uno de los mayores desfiladeros de España y una de las rutas más bellas para adentrarse en las entrañas de la tierra.
- Cantabria cuenta con más de 220 km de costa. Kilométricas, tranquilas, abiertas, agrestes o urbanas; el Mar Cantábrico conoce la versatilidad de sus playas. La playa de Oyambre (cerca de Comillas y San Vicente de la Barquera) está situada en pleno Parque Natural. La playa de Somo es un punto de encuentro para los surferos mientras, en la costa oriental, la playa La Salvé ofrece el arenal más extenso de todo el litoral cantábrico. Totalmente distinta es La Arnía, una playa que parece sacada del mismísimo paraíso.
- Los valles del Pas, Pisueña y Miera, se conocen como los Valles Pasiegos. En esta comarca cabañas y extensas praderas evocan tiempos pasados. Una de las construcciones más importantes del patrimonio pasiego es La colegiata de Santa Cruz de Castañeda, declarada Bien de Interés Cultural. Por supuesto no nos podemos olvidar de la gastronomía de esta zona que ha encumbrado a lo más alto de la repostería española sus sobaos. Quesos, arándanos, vinos y productos cárnicos son otros manjares de estos Valles.
¿Dónde dormir?
Hotel Jardín de Carrejo
Cabezón de la Sal
Un buen lugar para empezar a explorar Cantabria y recuperar fuerzas, es el hotel Jardín de Carrejo, en la localidad de Cabezón de la Sal. Es una finca rústica con rodeada de un impresionante jardín de árboles centenarios, un estanque y río. Una forma ideal de respirar todo el verde de Cantabria y relajarse en un entorno natural único.
Enigmas del pasado
La gran cantidad de restos de diferentes épocas hallados en Cantabria abre la puerta a la imaginación e interrogantes, algunos todavía sin responder.
¿Qué ver?
- Se la conoce como la Capilla Sixtina del arte cuaternario y es el principal atractivo de Cantabria. La Cueva de Altamira desde 2012 no se puede visitar, solo se aceptan visitas experimentales con público elegido aleatoriamente, aunque el recorrido del museo incluye la visita a la Neocueva, una reproducción de la cueva y los famosos bisontes. ¡Aunque será por cuevas en Cantabria! La orografía de esta zona ha facilitado la formación de multitud de cavidades. Prueba de ello se encuentra a lo largo de una extensa nómina de cuevas como las de El Castillo, La Pasiega, Las Monedas, Covalanas, Hornos de la Peña o El Pendo.
- La Cueva El Soplao se encuentra en el municipio de Valdáliga, al sur de San Vicente de la Barquera. Es una cavidad con más de 15km de longitud descubierta por mineros. Sus galerías están repletas de formaciones de excéntricas o helictitas; a diferencia de las estalagmitas y estalactitas, crecen de forma horizontal u oblicua.
- Famosa por el Parque Natural, en la comarca del Besaya encontramos una gran cantidad de restos de diferentes épocas empezando por la ermita de San Román de Moroso, de estilo mozárabe; la Iglesia de San Jorge, situada en Las Fraguas y conocida como “El Partenón” por su más que evidente parecido con el de Atenas; la calzada romana de Pesquera y las estelas discoideas de Barros: se cree que estas esculturas señalaban las tumbas de los guerreros y fueron realizadas entre los siglos I-III d. C., aunque su cronología es bastante controvertida. En la actualidad se exponen dos estelas gigantes en la ermita de la Virgen de La Rueda, en Barros. Una de las estelas está fragmentada lo que también ha dado lugar a diversas teorías acerca de la procedencia de los fragmentos.
¿Dónde dormir?
Hotel Playa Ribera
Suances
Si estás buscando tranquilidad el Hotel Playa Ribera, ubicado en Suances, es el alojamiento perfecto para disfrutar de la imponente costa del mar Cantábrico. Se encuentra a pocos kilómetros de la famosas playa de Los Locos o La Ribera o del Centro de Interpretación de las cuevas de Altamira, visitas obligadas en tu paso por aquí. Sorprenden su arquitectura y decoración vanguardistas en contraste con el entorno natural. Apetecible, ¿verdad?
Las urbes cántabras
Paso de civilizaciones, zona de veraneo de reyes y residencia de marineros: Cantabria es un lugar para anclar y no soltar amarras. Déjate llevar por la belleza de sus ciudades y por unos rincones únicos que no dejarán de sorprenderte.
¿Qué ver?
- Encanto señorial: a finales del siglo XIX Santander vivió su particular apogeo ya que se convirtió en el destino habitual de veraneo de la aristocracia. De esa época conserva calles y mansiones señoriales entre las que destaca el Palacio de la Magdalena, residencia de verano del rey Alfonso XIII y su familia. Vale la pena acercarse hasta el Palacio por las vistas de la isla del Moro, los acantilados, El Sardinero y las playas de la bahía.
- Conjuntos monumentales: en Potes, una de las puertas de los Picos de Europa, encontramos numerosos edificios y monumentos del siglo XVII y XVIII. Santillana del Mar es una de las poblaciones más antiguas de la región cantábrica y uno de los destinos turísticos de moda. Tiene sus calles empedradas y acotadas por espectaculares caseríos que datan de los siglos XIV a XVIII. Comillas es un paraíso para los amantes de la arquitectura por su ecléctico conjunto arquitectónico que reúne obras como la Universidad Pontificia, el Palacio de Sobrellano y el Capricho de Gaudí.
- Villas marineras: si hay una villa marinera con tradición esa es Santoña. Ha sido desde hace siglos uno de los principales puertos pesqueros de Cantabria. Por eso no es de extrañar que su principal industria sea la comercialización del bonito y de sus famosas anchoas en aceite de oliva. Santoña tiene además un interesante entorno natural, del que es estandarte el monte Buciero, y sus Carnavales Marineros fueron declarados fiesta de interés turístico nacional, de los que hablamos en este artículo. Las mareas bajas y altas así como la iglesia de Santa María de los Ángeles, bien valen una visita a San Vicente de la Barquera. Castro Urdiales, es una bella estampa de botes y lanchas pesqueras de colores que tienen una iglesia gótica y un castillo medieval como telón de fondo.
¿Dónde dormir?
Hotel Chiqui
Santander
Para disfrutar de esta elegante ciudad nuestra eleccción es el hotel Chiqui, con unas impresionantes vistas panorámicas de la playa del Sardinero. Sus 161 habitaciones tienen vistas al mar y una decoración moderna. Además cuenta con un restaurante dónde saborear la gastronomía cantabra. ¿Quieres acabar bien el día? Relájate en el spa del hotel.