Puede que Castilla-La Mancha no encabece tantos titulares como lo hacen otras zonas más ajetreadas, como Madrid o Barcelona, pero no te equivoques: esta comunidad está repleta de tesoros cobijados en sus hermosos pueblos y en sus muchísimas rutas de fábula. No olvides que esta es la tierra cuna del término “quijotesco”, y el espíritu idealista del protagonista de Cervantes se sigue palpando en el entorno bucólico de sus llanuras, en sus característicos molinos de viento y en el imponente alcázar de Toledo.
Ven a Castilla-La Mancha a desconectar, a relajarte y a dejar rejuvenecer todos tus sentidos. Y, después, vuelve tantas veces como necesites para seguir explorando tu nuevo destino favorito. Ya te vamos adelantando que los secretos que se esparcen por su geografía acabarán ocupando un rinconcito de tu corazón; porque, vale, las grandes ciudades atraen a los turistas, pero Castilla-La Mancha es hogar de aventureros.