Una casa rural en Girona promete ser el rincón donde alejarse del mundo, literalmente, y la cuestión no es baladí. Se trata de una confluencia entre diseño, historia y ubicación que en los siguientes establecimientos funciona a las mil maravillas.
En esta tierra todo luce de forma diferente. A lo lejos se ven sus verdes montañas, su impoluto cielo azul y el característico viento de la provincia. Y, salvo por el ruido del motor de nuestros propios coches, aquí no se escucha nada. Acabamos de llegar a un lugar donde el silencio es el sonido por excelencia.